ETIOPIA IV

Kainaberak II

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Si no lo has hecho todavía, te recomiendo que primero leas el post sobre la Mini Dam ya que allí se explica el contexto en el que se desarrolla este proyecto:

Etipia – Mini Dam

En este caso, la fundación participó en la financiación de la reparación y acondicionamiento de un pequeño azud, mediante la plantación de cañaveras en los márgenes del cauce con el objetivo de reducir la erosión y proteger las tierras cultivables de la zona.

Ya en la recta final de mi estancia y una vez más junto a los compañeros de REST, tuve la suerte de conocer al ingeniero Etíope que había dirigido el proyecto de re-acondicionamiento del cauce. Tras transitar por un camino lleno de baches y agujeros en el 4×4 llegamos a la ribera, un pequeño valle con escasa vegetación pero que en su planicie, la zona cultivable, presentaba un color verde muy intenso.

El rio, que en aquella época del años apenas llevaba agua, había trazado un marcado recorrido alrededor del cual se extendían los campos de cultivo de los agricultores. La pequeña presa servía para mantener un nivel de agua más regular aguas arriba y a su vez, frenar las grandes avenidas que se producen en la época de lluvias. Sin embargo uno de los lados del muro se había descalzado y la estructura se había empezado a agrietar poniendo en peligro la integridad de la misma y el de la gente y las tierras de aguas abajo.

El proyecto consistió en reforzar esta cimentación y construir un muro más robusto para soportar las avenidas. También, se aprovechó la actuación para plantar cañaveras en el cauce aguas arriba como freno natural frente a las avenidas y, como veremos a continuación, la comunidad se involucró para reforzar aun más el cauce.

El trasfondo más importante en este proyectos no es la actuación en sí, sino cómo responde la comunidad frente a este tipo de intervenciones. Conociendo la necesidad y la importancia de las tierras cultivables que rodean el cauce y viendo que la erosión se estaba llevando parte de ellas, los habitantes de las zonas contiguas se habían organizado para ir más allá y ayudar en reforzar el cauce construyendo muros de gaviones en las curvas y zonas más desgastadas por las avenidas.

Además de los agricultores que trabajaban en la explanada donde había pimientos y otro tipo de verduras, dentro del cauce mujeres, hombres y jóvenes trabajaban en conjunto rompiendo, transportando y agrupando piedras en bloques que después agruparían y asegurarían con mallas de alambre.

El agua es sinónimo de vida y un bien que poco valoramos los que todos los días abrimos el grifo sin pensar. El esfuerzo de las personas que allí trabajaban y la alegría con la que algún niño podía disfrutar de un chapuzón en las pozas que se formaban hicieron de esta visita otra experiencia más para pensar, reflexionar y aprender a valorar lo que tenemos.

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2020-05-11T18:36:45+02:00
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